Chery Himla, desde los Himalayas hasta Los Andes.
La primera pickup construida por Chery ya está disponible en nuestro país, en tres versiones y equipada con un forzudo motor turbodiésel de 2,3 litros.
Por Leonardo Pacheco
Antes de entregarles todos los detalles concernientes a esta camioneta, es importante señalar que Chery fue bastante osada, porque se está involucrando en el segundo segmento más competitivo de nuestro mercado automotor… el de las pickups Mide Size. En efecto, después de los SUVs medianos es la mentada categoría la que concentra buena parte de las ventas anuales.
Casi está demás decir que, para complicar aún más las cosas, Chery tendrá que medirse con fabricantes muy experimentados en este asunto de las camionetas, y no solo pensando en las firmas japonesas, sino que incluso de China, tomando en cuenta que el modelo Poer ostenta la tercera posición del ranking nacional, acercándose nada menos que a la Hilux y a la L-200.
La Chery Himla fue desarrollada de un modo minucioso y extremo en cierto sentido, porque se le sometió a toda clase de castigos para comprobar la resistencia del chasis y componentes mecánicos, sin olvidar que las terminaciones del habitáculo también debieron superar ese interminable periodo de pruebas; su nombre proviene de Himalaya.
Exteriormente la Himla exhibe unos rasgos bastante originales, en una proa que mezcla lo delicado con lo recio, mixtura que se manifiesta en ese mismo orden en el diseño de la firma lumínica y en el formato de la mascarilla. Si sus creadores querían otorgarle un aspecto impresionante lo lograron, y a pesar de esos recursos estéticos que apuntan hacia la rudeza, la fisonomía de este producto en ningún caso es espartana.
Por los flancos podemos ver unos amplios arcos de ruedas, unas puertas de gran tamaño y una caja de carga que cuenta con esa clásica división para la cabina, detalle que nos indica que se trata de un ejemplar construido con chasis independiente; puede estar equipada con llantas de 17 o 18”.
Mide 5,33 metros de largo y la distancia entre ejes alcanza los 3,23 metros, mientras que el despeje a piso llega hasta los 220 mm, es capaz de vadear hasta 600 mm de agua y nos ofrece unos ángulos de ataque y salida de 33 y 24° respectivamente. Se anuncia una capacidad de carga de 1.000 kilos, puede remolcar un carro de 750 kilos sin freno auxiliar, y de hasta tres toneladas con freno.
En el habitáculo la Himla nos ofrece un ambiente amplio y muy bien iluminado, destacando el diseño rectilíneo del tablero y la masiva presencia de mandos físicos, a pesar de esa pantalla táctil que se ofrece de serie… de 12,3” en algunas versiones y de 15,6” en la unidad tope de gama. El clúster es digital sin que importe el nivel de dotación elegido (de 3,5 o 9,2”), y esa misma garantía también aplica en el ámbito de la seguridad, ya que se ofrecen seis airbags de manera estándar, además de asistencia para salidas en pendiente y control de descenso.
En lo que se refiere a confort la Himla no se queda al debe, ya que en la unidad básica se incluye conectividad inalámbrica para Apple CarPlay y Android Auto, control de crucero, apertura de puertas sin llave, botón de encendido y volante con doble regulación, entre otros ítems.
La Chery Himla cuenta con los servicios de un motor turbodiésel de 2,3 litros que nos entrega 161 cv y 420 Nm de torque, cifra esta última que se manifiesta en más de un 50% a partir de las 1.000 rpm. La transmisión puede ser mecánica de seis velocidades o automática de ocho marchas, conjunto que le fue encomendado a la firma alemana ZF; en este caso se ofrecen los modos de manejo Eco, Normal y Sport.
El line up considera tres versiones, dos de ellas equipadas con tracción 4WD, estando disponible para el usuario los habituales controles 2H, 4H y 4L. La suspensión delantera es de doble horquilla independiente y con paquete de resortes en el tren trasero; los frenos son de discos en ambos ejes. Se anuncia además un rendimiento mixto de 12 km/l.
La lista de precios va desde los $16.990.000 hasta los $21.490.000, valores que no incluyen IVA.